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Desgarradora entrevista en eldiario.es a una destacada líder del movimiento feminista centrado en la defensa de las obesas frente a los ataques del malvado patriarcado.
"La presión hace que las mujeres invirtamos nuestra vida en lograr estar delgadas"
"Ni rellenita, ni ancha de huesos, ni ancha de espaldas, ni gruesa, ni grande, ni mujerona, ni cachorros, ni curvy, ni voluptuosa, ni pasadita de peso, ni entrada en carnes, ni con kilos de más, ni fondoncilla, ni de buen ver, ni blandita, ni fofita, ni reventona, ni respuestita, ni fuertota, ni gordibuena, ni siquiera gordita. subida de peso. Soy subida de peso." Así clama la fundadora de la plataforma Stop Gordofobia, Magdalena Piñeyro, que acaba de publicar el libro 10 Gritos contra la Gordofobia (Vergara, 2019). Su objetivo es retratar muchos de los eufemismos que emplea nuestra sociedad para referirse a las personas obesas, que se enfrentan a un tipo de discriminación específica llamada gordofobia. Una exclusión que, dice a eldiario.es la también filósofa y máster en Políticas de Igualdad, "nos roba la vida".
Una muestra de esa entrevista:
¿Cuál es su experiencia personal con la gordofobia?¿Qué papel juega la autoestima?
Mi padre era nadador y una vez me intentó llevar a la piscina cuando era muy pequeña. Yo ya con esa edad tenía tal complejo que le dije que no. Si no se tiene la autoestima suficiente, no se sale de casa. Yo probé un montón de dietas que me hacían daño y, poco a poco, ;me fui aceptando a mí misma. Ahora me gusta practicar el senderismo y soy vegana. Desde esta perspectiva cambia cómo tratas a tu cuerpo, cómo te tratas a ti misma y piensas en ti.
¿La gordofobia afecta de manera diferente a las mujeres? ¿En qué sentido?
Hay que partir de que la sociedad patriarcal siempre ha dividido entre objetos y sujetos a los seres humanos. Es algo que se ve en las dinámicas instaladas entre blancos y personas de color y, clarísimamente, entre hombres y mujeres. Los hombres tienen el privilegio y a las mujeres nos sitúan como un objeto al tener la obligación de ser bellas, como si fuéramos un objeto de admiración. Esa belleza debe pasar por la delgadez, que se convierte en un condicionante para ser considerada válida, es decir, si yo como mujer tengo que ser un objeto bello, tengo que ser delgada. Si no, quedo invalidada para la sociedad.
¿Y qué relación tiene con el machismo?
Dentro de este discurso contra la gordofobia no hay demasiadas voces de hombres. Eso no significa que no haya hombres gordos que sufran gordofobia, pero sobre todo es que a nosotras nos destruye. Esto ha de ser una barrera a romper.
Y, por último, varias imágenes de esta luchadora feminista, vegana y subida de peso...
Impresionante.
"La presión hace que las mujeres invirtamos nuestra vida en lograr estar delgadas"
"Ni rellenita, ni ancha de huesos, ni ancha de espaldas, ni gruesa, ni grande, ni mujerona, ni cachorros, ni curvy, ni voluptuosa, ni pasadita de peso, ni entrada en carnes, ni con kilos de más, ni fondoncilla, ni de buen ver, ni blandita, ni fofita, ni reventona, ni respuestita, ni fuertota, ni gordibuena, ni siquiera gordita. subida de peso. Soy subida de peso." Así clama la fundadora de la plataforma Stop Gordofobia, Magdalena Piñeyro, que acaba de publicar el libro 10 Gritos contra la Gordofobia (Vergara, 2019). Su objetivo es retratar muchos de los eufemismos que emplea nuestra sociedad para referirse a las personas obesas, que se enfrentan a un tipo de discriminación específica llamada gordofobia. Una exclusión que, dice a eldiario.es la también filósofa y máster en Políticas de Igualdad, "nos roba la vida".
Una muestra de esa entrevista:
¿Cuál es su experiencia personal con la gordofobia?¿Qué papel juega la autoestima?
Mi padre era nadador y una vez me intentó llevar a la piscina cuando era muy pequeña. Yo ya con esa edad tenía tal complejo que le dije que no. Si no se tiene la autoestima suficiente, no se sale de casa. Yo probé un montón de dietas que me hacían daño y, poco a poco, ;me fui aceptando a mí misma. Ahora me gusta practicar el senderismo y soy vegana. Desde esta perspectiva cambia cómo tratas a tu cuerpo, cómo te tratas a ti misma y piensas en ti.
¿La gordofobia afecta de manera diferente a las mujeres? ¿En qué sentido?
Hay que partir de que la sociedad patriarcal siempre ha dividido entre objetos y sujetos a los seres humanos. Es algo que se ve en las dinámicas instaladas entre blancos y personas de color y, clarísimamente, entre hombres y mujeres. Los hombres tienen el privilegio y a las mujeres nos sitúan como un objeto al tener la obligación de ser bellas, como si fuéramos un objeto de admiración. Esa belleza debe pasar por la delgadez, que se convierte en un condicionante para ser considerada válida, es decir, si yo como mujer tengo que ser un objeto bello, tengo que ser delgada. Si no, quedo invalidada para la sociedad.
¿Y qué relación tiene con el machismo?
Dentro de este discurso contra la gordofobia no hay demasiadas voces de hombres. Eso no significa que no haya hombres gordos que sufran gordofobia, pero sobre todo es que a nosotras nos destruye. Esto ha de ser una barrera a romper.
Y, por último, varias imágenes de esta luchadora feminista, vegana y subida de peso...
Impresionante.